Escrito por Jacob Schirmer | Traducción por Victoria Escobedo
Para el curso académico 2024-2025, se prevé que las tasas de matrícula—entre otros costos asociados con las universidades—aumenten en varias instituciones de Texas, incluyendo la Universidad Texas A&M-Corpus Christi. Este aumento global se aplicará tanto a los estudiantes residenciales como a los no residenciales que asistan a universidades. El desarrollo constituye una tendencia continua que la Junta Coordinadora de Educación Superior de Texas ha documentado desde al menos 2015.
Cabe señalar que los cargos reales de un estudiante pueden diferir de los siguientes datos, ya que los costos pueden variar según la clasificación del estudiante, el nivel de inscripción, y las circunstancias personales. En términos de “Cargos Académicos Totales” (matrícula reglamentaria, matrícula designada, tarifas obligatorias, y tarifas promedio de universidad/curso), los costos han aumentado en $1,122 desde 2015 para estudiantes universitarios residenciales, pasando de $4,263 en 2015 a $5,385 en 2022. Esta cifra es más alta que el promedio del estado de Texas de $5,252 segun la Junta Coordinadora de Educación Superior de Texas.
Para profundizar en puntos de datos específicos observados durante el periodo de 7 años, mientras que la matrícula legal se ha mantenido constante, la matrícula designada ha aumentado de $1,755 a $1,911, un aumento del 9%. Las tasas obligatorias han aumentado de $1,678 a $2,599, un aumento de 55%. Por último, las tasas promedio de universidad y cursos han aumentado de $80 a $127, un aumento de 59% segun la Junta Coordinadora de Educación Superior de Texas.
¿Qué significan estos datos para estudiantes de TAMUCC en términos de estrés financiero y posiciones políticas con respecto al alivio de la deuda estudiantil? Para responder a esta pregunta, se realizó una encuesta anónima y dos entrevistas.
La encuesta se realizó en línea y se entregó a los estudiantes de TAMUCC a través del “r/TAMUCC” Subreddit, el “TAMUCC No Oficial” servidor de Discord, y publicidad de boca en boca. Once encuestados respondieron nueve preguntas centradas en sus perspectivas financieras y pensamientos sobre los datos disponibles. Una pregunta preguntó a los estudiantes que tan preocupados estaban por sus finanzas actuales, y nueve informaron que estaban al menos moderadamente preocupados—tres de los que seleccionan las opciones “Decentemente Preocupados” o “Muy Preocupados”.
Más de la mitad de los encuestados también notaron que estaban más preocupados por el dinero después de enterarse de los aumentos en el precio de la matrícula, un sentimiento repetido por estudiante de tercer año y el entrevistado Felix Luna, “Bueno, quiero decir, estoy bastante estresado por eso… Así que piénselo desde el punto de vista de quien está realmente preparado para pagar la universidad y quien no. Hay quienes tienen el privilegio de tener dinero para ni siquiera tener que pedir préstamos estudiantiles y luego hay algunos de nosotros que simplemente tenemos dos o tres trabajos solo para pagar las comodidades que nuestros préstamos estudiantiles no cubren.”
Sin embargo, no todos los estudiantes universitarios están estresados por sus asuntos fiscales. Uno de los estudiantes es Lanah Phan, un estudiante de tercer año, como ella dice, “Realmente no tengo mucha preocupación por eso que se me viene a la cabeza—quiero decir, siempre va a ser caro, y sabes que va a ser caro entrar, ¿verdad?” Y “Bueno, estoy repartiendo [los pagos] con mis padres; soy responsable de aproximadamente un tercio de mi matrícula, y mis padres están repartiendo los otros dos tercios. Quiero decir, si, tendré que pagar algunos préstamos cuando me gradué, pero no creo que me lleve mucho tiempo.”
Phan no es la única que recibe contribuciones familiares, ya que la mayoría de los encuestados señalaron que también recibían fondos de familiares. Para aquellos que actualmente reciben cero o casi ningún dinero de su familia, parece que puede ser un factor estresante, ya que los tres en esta categoría reportaron que estaban al menos moderadamente preocupados. En respuesta a una pregunta sobre el empleo, 7 de 11 de los encuestados dijeron que trabajaban a tiempo parcial y/o a tiempo completo para ayudar a compensar el aumento de costos. Aparte de estas fuentes de ingresos, 7 también indicaron que habían obtenido al menos algunos préstamos estudiantiles para pagar sus estudios universitarios.
Otra posible solución para que los prestatarios logren un alivio monetario es la propagación de una política de condonación de la deuda estudiantil, como el plan SAVE de la administración Biden. Los estudiantes de último año parecen tener la mayor convicción sobre el tema, ya que todos indican que apoyan o se oponen firmemente a la idea.
Luna propone una posible implementación de la política: “Creo que definitivamente debería haber algo para, digamos, las personas que obtienen su título de asociado. Creo que eso les dará un incentivo para comenzar el proceso de ir a la escuela y podría darles la capacidad de decir, ‘Obtuve mi título de asociado y lo pagué con la condonación del préstamo. Entonces, lo siguiente que puedo hacer es obtener mi licenciatura’ y no será una gran deuda para ellos.”
Otros, como Phan, actualmente no tiene opiniones sobre el tema, como dice ella, “Mi mamá está esperando que pasen algo así—se habló de ello en las noticias—porque volvió a hacer su maestría y esperaba que le perdonaran parte, pero realmente no sé mucho sobre eso, así que realmente no tengo una opinión.”
“En términos de vida estudiantil, creo que hay un gran porcentaje de nosotros que sentimos que es casi un desperdicio,” dijo Luna. “Piénsalo, dos años antes de graduarse ahora mismo, si alguien le ofreciera un trabajo de seis cifras, ¿lo aceptaría?…. Si perdiste el trabajo y no tenías nada más a que recurrir, ¿quién te falló? ¿Fuiste tú mismo o fue el sistema escolar?”